Un año perdido
Las pisadas resuenan en la calle. El sonido de los zapatos en las
piedras produce un chasquido excitante para él. Disfrutó de haberle arrancado
los ojos con una cuchara delante de ella. Delante de su compañera y amante. Al
parecer caminar juntos por la calle a altas horas de la noche no fue la mejor
idea que tuvieron esa vez. Un hombre se acercó por detrás totalmente en
silencio y, sin mediar palabra, incrusto la punta de la cuchara
en el borde inferior de la cavidad del ojo derecho. La presiono e hizo saltar el
ojo, seguido de un largo hilo de sangre que salpico el rostro desesperado
de la muchacha. Lo siguiente que sucedió fue el choque de las tripas en el
suelo. Con otro cuchillo abrió el estómago de joven y los intestinos cayeron
rápidamente junto con el cuerpo. La cara de la chica fue cubierta de lágrimas
de miedo e inmediatamente emprendió la huida. Su escape no duro mucho ya que el
hombre tenía más altura, una ventaja contra alguien más pequeño y de zapatos
que dificulten su carrera. Al estar lo suficientemente cerca no busco sujetarla
con la mano, lo que hizo fue muy distinto. Infringió varios cortes en la espala
de la chica. Los chillidos de dolor provocan en él una gran excitación y
placer. Al caer la chica al suelo, la siguió. La apuñalo con el cuchillo
en las piernas mientras tapaba su boca y afirmaba su pelvis y miembro en los
glúteos de la joven. El cuchillo fue nuevamente objeto de puñalada, esta
vez en los riñones. Una última puñalada en el estómago y la abre hasta la
altura de los senos. Totalmente excitado arranca la blusa ensangrentada de la
chica y la huele. Deja el cadáver apuñalado atrás y se dirige al
cuerpo del joven amante. Su mirada pasa por toda la sangre e intestinos
derramados en el suelo. Un cadáver bocabajo, joven, atractivo, varonil y
cuidado. Un cadáver que sirvió para saciar su excitación.
…
El piano produce una agradable melodía, la creación de
una niña. La melodía suena en la casa, viaja a través de las paredes y llega
hasta los oídos de sus padres, que están en el living de la entrada. Solo un
corredor los separa de su hija. Están tranquilos, pues la niña está en
manos muy capaces. No solo es su profesor de música, también es el mejor amigo
de la familia. Charley es como un hermano para Sarah y Samir. El afecto
que él siente por ellos también lo siente por la pequeña Ammy, tomándola como
su sobrina. Algunas tardes de los sábados se vuelven más agradables con su
compañía. Música con la niña y risas entre ellos hacen que el tiempo pase. Y
pasa, como en anteriores ocasiones, pero esta vez hay algo diferente.
Una llamada que toma Sarah. Una llamada que hace que su cara de alegría sea
cubierta por una lluvia de lágrimas. Samir se levanta de inmediato y
se apresura a llegar a Sarah, pero es Charley quien llega primero y toma la
llamada para dejar que su amigo abrace a la mujer destrozada y hundida en
sollozos. La música dejo de sonar. La niña esta con ellos, no entiende que
está pasando y solo puede limitarse a abrazar a su madre junto con su padre.
-Que está pasando? –Pregunto Samir, sin tener respuesta.
-Ammy, ve a buscar a Shellbey, esta atrás, daremos
un paseo con él. ¿Te parece una buena idea?- De esta manera Charley
consiguió apartar a la niña de la situación, aunque también necesitó que Sarah
le dirigiera una mirada de seguridad, confianza, y el padre asintiera en
aprobación -Es… Frank. Esta muerto… Él y Amanda… Los dos… Janet enviara a
buscarlos a ustedes dos. No te preocupes por la niña, yo me quedare con ella.
-Gracias, Charley. Sarah, lamento que esto esté pasando.
-… No… Esto… Él era mi hermano… Entiendes eso? Y esta… Muerto.
La mirada de Samir se pierde en los ojos vidriosos de su amada y, en
este momento, destrozada Sarah. No sabe cómo reaccionar ante el dolor de ella.
No sabe que decir, solo puede limitarse a abrazarla. Sufre al ver las lágrimas
correr por el rostro de su querida. No soporta verla llorar, nunca soporto eso.
El dolor corre por su cuerpo, llena su corazón y estalla en lágrimas. En
ese momento la puerta suena, apresuradamente Samir seca sus lágrimas
con las manos lo mejor que puede y se dirige a la puerta cuando nota que lo
están observando. Charley está de pie en el pasillo, lleva un pañuelo en
su mano. Se acerca a Sarah que estaba parada recostada contra la pared y le
ayuda a limpiarse las lágrimas. Samir abre la puerta.
-Janet nos envió.
Frente a la puerta habían dos hombres de mirada fría e
indiferente, su rostro curtido por la edad daban una sensación de veteranos de
guerra. Vestían traje negro, sus zapatos relucían de brillo. Se abrieron a los
costados y entre ellos se veía el auto estacionado en la calle. Un simple
ademan con la mano fue suficiente para que Samir pudiera entender que pedían
que fueran al auto.
-Sí, solo necesitamos un momento. Sarah no—
-Está bien. Tengo que verlo. Saber que le paso. Quien fue el
responsable.
-Sarah, esto puede ser más fuerte de lo que crees…
Con un suave y lento movimiento, Sarah toma la mano de Samir,
levanta la mirada y sus ojos se encuentran con los de su pareja, ambos
encuentran la calma que necesitan en el otro.
-Si estás conmigo puedo soportarlo.
-Siempre estaré contigo.
El viaje fue largo y silencioso. Solo escuchaban las ruedes del
auto sonando al girar en el suelo. Ninguno de los dos dijo palabra alguna, solo
fueron el viaje entero abrazados uno del otro. En un momento como este solo se
puede seguir adelante con el amor y comprensión, tal como ellos tenían el uno por
el otro. Sus miradas se pierden en la nada, ven fijamente por las ventanillas
del auto a la nada. Aunque la mirada de Sarah está perdida de un modo
diferente, está perdida en un plano de su imaginación, sus
recuerdos. Recuerdos de tiempos pasados con Frank. Desde su infancia, cuando
jugaban y peleaban, su adolescencia, aunque más distanciados, los momentos que
vivieron juntos, los secretos que se confiaban. Todo eso ya no volverá y
tampoco tendrá otro momento de dicha con su hermano.
Al fin llegan a un edificio aparentemente de oficinas. Los dos
hombres abren la puerta trasera y la pareja sale lentamente. No ven
en que momento las puertas de vidrio se abrieron, tampoco cuando subieron al
ascensor. Antes de darse cuenta están solos en una oficina bastante grande, las
paredes tienen un tono bermellón y están sobre un piso alfombrado de rincón a
rincón. La voz que les habla hace que vuelvan al momento. Janet los mira desde
su silla detrás del escritorio.
-En su estado no creo que deban verlo. Sobre todo tú, Sarah.
-… Madre…
-Janet, ella está aquí porque así lo quiso. Merece saber todo.
-Samir, sabes que te ganaste mi respeto, pero no creo que debas
hablar en una conversación entre madre e hija. Yo sé de lo que hablo. Tan
solo el informe es fuerte.
-Fuerte? Fuerte??? Mamá, tu hijo está muerto y tú hablas de
un “informe fuerte”? Quien lo hizo? Por qué paso esto? Como
haces para estar así, tan firme, después de esto?
Janet mira a su hija un momento con una mirada fría, pero con
dolor, y le da la espalda al momento de volver a hablar.
-Ya llore la muerte de Frank. Tengo que hacer lo que este a mi
alcance para encontrar al asesino, a partir de aquí. El expediente está en el
primer cajón de mi escritorio, a la derecha.
Esas fueron las últimas palabras de Janet antes de irse de la
oficina. Sarah se dirige al escritorio y busca el expediente. Sus manos le
tiemblan al momento de tomarlo. Sabe que debe seguirá su madre, ella
se dirige al sector que tienen como morgue. Allí se encuentran los cadáveres de
Frank y Amanda. La puerta trasera por donde salió Janet da a una escalera
caracol. Lo único que pueden hacer es descender. Los dos bajan con precaución,
están algo asustados de lo que puedan ver. Solo tienen claro que el expediente
será lo último que vean, y lo verán juntos cuando estén, relativamente, más
calmados. Al fin llegan. Ante ellos se levanta una puerta de acero de unos dos
metros. Esta entre abierta, cruzan y se encuentran con Janet, de pie al
lado del cuerpo de su hijo. Al acercarse, los jóvenes quedan impactados
con lo que ven. Un cuerpo cocido a lo ancho del estómago, con las cavidades de
los ojos vacías. Sarah explota en un llanto, se abalanza contra el cuerpo de su
hermano pero es detenida por Samir, quien la contiene en un abrazo fuerte
mientras le hace llegar su amor y contención.
-Mañana será el funeral. Los mismos señores que los trajeron
aquí los recogerán cerca del mediodía. Estén listos. Y sobre el
expediente, les dije que sería fuerte. Los forenses ya hicieron
su trabajo. En el informe están todos los detalles. Detalles que querrás hablar
conmigo Samir.
Al escuchar esas últimas palabras, el chico lanza una mirada fría
hacia la madre de su pareja. Sabe que la mujer que esta parada delante de ellos
no es una de las mujeres más fáciles de tratar. Las miradas se mantienen un
tiempo algo prolongado y al final es él quien habla.
-Cuando vea el informe hablaremos con seguridad. Dalo por hecho.
Con la chica en un estado de dolor, salen del edificio. Fuera
están los mismos hombres que los llevaron. El camino de regreso fue más corto.
A pesar de que estaba abrazando e intentando consolar a Sarah, él estaba
sumido en sus pensamientos. Tan sumido que no se dio cuenta que habían
llegado hasta que la puerta trasera se abrió.
-Papá! Mamá! Volvieron! Charley, volvieron. Mira!
-Sí, es verdad. Pero están cansados o es idea mía?
-No… No lo sé.
-A mí me parece que sí. Qué tal si hoy duermes en casa con Shellbey?
Él disfruta estar contigo.
-Charley, agradezco que te hayas quedado con ella pero no creo que
pueda ir. Mañana será un día largo.
-Descuida, yo la llevare. Hoy duerme conmigo y Shellbey. Verdad
Ammy?
-Si papá no se enoja.
-Gracias Charley. Te llamare a tu casa. Pero tendré que
hablar con Ammy primero. Ven pequeña, escucha… mañana…
Y así Samir le explica a la niña, lo mejor que puede, que su
tío no estará por un tiempo y que ella se quedara con una niñera al otro día.
Luego de esa conversación Charley se lleva a Ammy. La niña se despide de sus
padres con abrazos, besos y palabras de cariño. Al fin están solos. El
informe esta sobre la mesa del living. Samir es quien lo abre y comienza a
verlo. Su cara toma una expresión de horror al ver las fotos de la escena del
crimen. Los cuerpos destrozados, la calle bañada en sangre, pero entre tanta
sangre y ropa desgarrada lo que le impacta aún más es el informe de la autopsia.
Violación. El cuerpo de Frank fue violado. Sin permitir que Sarah vea esta
parte del informe, ni las fotos, Samir la toma de la mano, la abraza y
juntos se duermen en el sofá. El día que les espera será largo.