Bla, bla, bla.
Tac,
tac.
Tac,
tac, tac.
La pequeña máquina de escribir suena desde la
noche pasada, dentro de una habitación alumbrada por un candelabro, la luz de
la luna y los primeros rayos del sol en el amanecer. Sabe que sus demonios no
lo dejaran en paz hasta que termine lo que le obligan a escribir. El anciano es
atormentado por criaturas que comen sus recuerdos, sus vivencias, sus amores y
sus pérdidas.
Cada palabra escrita es un alma destrozada.
Estos seres le obligan amenazándolo con destrozar, humillar y arruinar su línea
familiar. Al fin de cuentas, ¿ustedes no sacrificarían a toda la humanidad solo
para que su familia estuviera a salvo? Si todo esto sucediera sin que su
familia lo supiera, ¿no lo harían? Solo está protegiendo a sus seres queridos,
no merece ser juzgado por ningún humano falsamente honorable.
-Vamos viejo, quiero a la niña. Me volveré de
verdad una asquerosidad pervertida con ella. Siempre quise someter a la pequeña
hija del ingeniero a mis peores perversiones. Escribe la línea y la iré a
buscar.
-No te desesperes Kuk, aún falta un poco más
antes de que te diviertas. Ten paciencia. Es mi turno de salir de la mente de
este asqueroso pedazo de vejez humana.
-Por favor, esto no puede continuar. Ya he
escrito demasiadas muertes. Dejen este mundo.
-Perdón pero no podemos hacer eso. De verdad es
más divertido esto. Deberías agradecernos lo que hemos hecho por ti. Continúa
con el relato.
***
La lluvia caía sobre su rostro, mientras
esperaba el carruaje que lo llevaría al lugar de encuentro. Sus escritos serian
sepultados para siempre. Sus ojos solo miraban al suelo y el mar de lágrimas
que corría a sus pies, buscando el perdón de todas las personas que habían sido
sacrificadas por su egoísmo.
Detrás de la lluvia diviso un carruaje con dos
caballos. La carroza llego a gran velocidad y de no haberse movido a un
costado, tal vez, los pobres caballos hubieran caído en el abismo de su capa.
Una vez dentro del carruaje escucho la voz de quien sería el conductor.
-¿A dónde señor?
-A donde viven los sueños- conteste.
-Oh, entonces hasta la grieta de la realidad.
Y así comenzó el eterno pero corto viaje. En
mis manos sostenía los escritos que contenían sueños muertos, perdidos y
cumplidos. El problema es que eran demasiado grandes para este universo, tan
oscuros y luminosos como para cubrir el final de los tiempos y superar el límite
del infinito. Una vez libere un sueño cumplido en esta realidad y la locura
nació en la tierra. ¿Quieres que te diga quien nació cuando deje un sueño de
lado y jamás lo cumplí?
A través de la ventana de la carroza veo un
ángel siendo abusado por los humanos y un demonio repartiendo pecados para que
sigan haciendo atrocidades con el celestial. Las guerras terrestres pasan al
otro lado de la carroza, caballeros matando en nombre de dios, hombres
queriendo imponer la superioridad racial, homofobia en todo su esplendor
provocada por homosexuales. Mujeres golpeadas por los buenos samaritanos de sus
esposos, mujeres que prefieren ese trato en vez de hacerse valorar. Dios se
esconde tras las nubes del cielo.
Es triste ver estas cosas, ver que el mal ganó.
Darnos cuenta de esto y crear salidas de escape sin hacer frente a esta
entidad. Haber creado el amor, los lazos, la ficción, los superhéroes… todo es
lo mismo. Todo es un escape del mal, pero ya estamos consumidos.
¡Gracias a las dimensiones! En el horizonte se
ve la fisura cortando cielo y tierra a la vez. Si, el horizonte es un plano de
dos dimensiones, el cual debo cruzar.
***
-¿Te gusta lo que hicimos en el cielo? Lo hemos
pintado para ti. Si, tal vez sea un poco excéntrico pero bueno fue la única
utilidad que le dimos a todos esos cuerpos del revés que teníamos. Tienes que
reconocer que los órganos internos son una linda decoración.
-Cállate, Kuk, das pena. No has aprendido nada.
La niña ya es toda mía, de nuevo por primera vez. Y tú… la única forma en la
que dejaras de escribir es cuando te obliguemos a comerte las manos luego de
que te arranques los ojos.
No creí
que todo siguiera aun aquí, se supone que no me seguirían dentro del túnel. Me
equivoque. Solo quiero que todo esto se detenga. Pero no es así. Mis manos son
tan finas como una hoja de papel, la carroza se volvió igual pero en otro
sentido, comprimiendo mi cuerpo y haciéndome experimentar un terrible dolor
físico. Aunque mi cuerpo y sentidos estén siendo distorsionados puedo ver el
camino que seguimos, veo todos esos garabatos que hacíamos para defendernos de
nuestra aterradora imaginación. Esos pequeños vasos de agua que contenían
tantos monstruos en las enormes profundidades. Estos seres que me obligan a
más, los liberan. ¿Por qué crecemos?
Ver esas gigantescas garras emergiendo de un
vaso tan diminuto… no puedo comprenderlo. ¿Cómo pude dejar que esto pasara?
Solo puedo cerrar los ojos tan fuerte que sangran mientras prosigue el viaje.
Los sonidos de odio y sufrimiento llegan a mis oídos pero no respondo ante
ellos, solo sigo escondiéndome como el niño miedoso que aun soy.
No sé cómo describir esto, pero fue una extraña
sensación, a nivel emocional, recobrar las tres dimensiones otra vez. Sentí la
carroza detenerse y mire por la ventanilla. Era el lugar, donde viven los
sueños.
-Llegamos señor.
-Gracias niño.
***
A mis espaldas veo el autobús, que fue una
carroza, irse, mezclarse entre otros de su misma especie y material. El aire me
intoxica, mis venas se comprimen, la ciudad me transforma de a poco en otro
eslabón. Aunque sé que ya no soy el anciano que subió a la carroza no quiero
ver la desfiguración que el tiempo, junto con mis fantasmas, provoco en mí. Mis
ropas no son las de un hombre adulto, dentro de este nuevo cuerpo soy una burla
de lo que fui. Solo debo seguir avanzando.
-Bienvenido al pasado- era Kuk, saludándome en
mi mente mientras usaba mis ojos para disfrutar de los jóvenes ocupantes de
este tiempo futuro- Aunque no es tu pasado, sino el mío.
No los escuches, no prestes atención a las
atrocidades que introduce en tu mente cuando te obliga a mirar los cuerpos de
las adolescentes sensualmente vestidas… Diablos, es muy difícil no desear
causarles dolor y sufrimiento, haciéndoles recordar lo que de verdad importa…
Cruzando la calle logro llegar ante la puerta
del sitio. Solo me dirijo hacia la escalera que me enviará a la sala de los
sueños. Cada escalón me da un choque psicodimensional, cada una de las
posibilidades, de las tierras que se encuentran tras la puerta del subsuelo… Mi
nariz sangra, mis oídos zumban, mi voz se quiebra y mis ojos arden al abrir las
puertas.
-Gracias por traernos. Perdona por el dolor que
te causamos y causaremos a través de los tiempos.
-Kuk, él ya nos perdonó antes de que le
hiriésemos. Solo te queda abrir los ojos, chico. Adiós.
Lo siguiente fue el mayor espectáculo que jamás
había visto. Dentro de la sala encontré una mesa amorfa, con Dioses alrededor,
debatiendo sobre creaciones humanas, pensando y creando universos alrededor de
ellos y enviando cada una de esas creaciones e ideas a lo que debería haber
sido el techo de la sala. Jamás vi un techo, en su lugar vi una infinidad de
universos, muchos de ellos salían del aliento de un dragón híper-dimensional.
Océanos de palabras controlaban el tiempo y espacio, olas tan grandes como los
planetas borraban universos tras este paisaje. Algunos dioses jugaban con una
especie de espada capaz de dañar a las emociones en su forma física. Otros solo
contemplaban las líneas de tiempo, como notas musicales sueltas, escapando a
diferentes rincones de la eternidad. Yo solo quería irme, olvidar esto.
-Quédate un momento y cuéntanos tu historia,
joven.
Era una de las diosas. Su expresión daba una
sensación de alivio y tranquilidad. Quisiera decir que de verdad esas fueron
sus palabras pero creo que fue lo que quise escuchar, de otro modo solo hubiera
muerto al tratar de entender su verdadera lengua. Solo salí de ese lugar sin
decir una palabra, mi historia estaba ya con sus creaciones y solo debían mirar
en la dirección correcta. Kuk y Ork se las contarían y serían más divertidas de
lo que yo podría contar jamás.
Como nunca fui bueno para finalizar nada, solo
te diré que mi historia termina dentro de miles de años, antes del Big Bang, en
mi nacimiento… si aún vivo para ese día.
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